Hoy os voy a hablar de un libro que descubrí hace poco y me ha encantado. Se trata de "León González, Santo" (SEGUIR GESTACIÓN / VER PARTO), el segundo libro de Manuel Amaro Parrado (VER BLOG), que en mi modesta opinión es un tío con un gran potencial. Su primer libro publicado fue "Fobos" (VER FICHA LIBRO).
Nunca me he alegrado tanto de que el final del libro quede abierto, pues me queda la esperanza de que tal vez, algún día, pueda volver a tener en mis manos otro libro con las andanzas de León González, el protagonista. Aclaro que no queda nada por resolver en la historia, que sólo queda abierto el final en cuanto a León, pues el libro nos deja con la esperanza de que habrá una segunda historia para este peculiar protagonista.
León González vive en Andújar y es santo. Sí de los que tienen un don y hace milagros. Pero sobre todo es tonto y no sabe disimularlo. Todo aquel que se cruza en su camino llega a la conclusión, con lo que a León le parece una rapidez pasmosa, de que nuestro protagonista es tonto. Y esto, observa, sucede cada vez con mayor frecuencia. A lo largo del libro León pondrá todo su empeño en disimular que es tonto aunque, obviamente, no lo logrará. Además, para terminar de perfilaros a nuestro protagonista, os diré que siente gran pavor hacia la palabra "ellos", que hace que automáticamente se dé un pedete; sea cual sea el contexto en el que se encuentre. Pero volvamos a lo de los milagros. Por lo que León sabe por su madre, desde el S. XVII, y cada 50 años, hay un santo en la familia González, dentro de su línea familiar directa. Y, como él mismo dice, no sabe por qué en esta ocasión el azar se saltó a los González médicos, a los González jueces, a los González obispos, o a los González presidentes de gobierno, y el jodido don cayó sobre él, el único tonto de la familia. Encima, su madre lo aleccionó desde bien pequeño a que nadie debía enterarse que es santo. Y él lo intenta llevar a rajatabla. Con su don es capaz, por ejemplo, de sacar comida de la nada, de provocar un aluvión de cigarrones o de resucitar a un muerto. Pero claro, está el "ligero" inconveniente, como os digo, de que es tonto y no controla cuando obrar los milagros, es decir, estos suceden cuando menos se lo espera. Y esta peculiaridad unida al hecho de que no es muy espabilado hará que nuestro protagonista viva un sinfín de desventuras encadenadas unas tras otras a lo largo de las 210 páginas que tiene el libro. Así, al más puro estilo del detective Sugrañes de Eduardo Mendoza, como muy acertadamente apuntan aquí, León González, y tras dejar morir a su madre por no intentar obrar un milagro en su lecho de muerte (ya sabéis, nadie debe saber que es santo ...), se verá obligado a abandonar su casa, y acabará dentro del maletero de un autobús compartiendo trayecto con unos moros. A partir de aquí, como os he comentado antes, León (y no os voy a decir en qué estado tiene que malvivir durante esta historia), se verá ligado a una serie de catastróficas desdichas, en las que tendrá que salvar su culo más de una vez. Conoceréis a lo largo de la historia a un montón de estrambóticos personajes secundarios y extrañas y absurdas situaciones. El tío Canales; el cabo Maroto y su padre; el Dedos y su plantación de marihuana; el Padre Ciríaco y los mendigos que van a su Iglesia; Panacio Florido y su perro; Lúa; dos familias rivales, la de los Pellici y la de los Crizzi; unos delincuentes de poca monta que lo secuestran; Avelino, un taxista ilegal; el misterioso señor G; un guardia de seguridad gay; y Epifanio Heredia de los Santos, un gitano que casualmente, y por las noches, conduce el coche del taxista ilegal.
Todos ellos vivirán un sinfín de rocambolescas aventuras de las que no pienso desvelar nada para no estropearos la historia. Pero, como podréis vislumbrar, os encontraréis mucho humor y caos, algo de drogas, y un don que ocultar. En definitiva un libro que me ha gustado y que os recomiendo. Ya me contaréis si os animáis con él. Lo podéis comprar aquí. Y por último, una advertencia: tal vez, al terminar el libro, el mundo nunca os vuelva a oler como antes. Y puede que nunca más queráis comer flamenquines (si no os gustaban antes de leer el libro, mejor).
Recuerda que puedes enviarme tu propia opinión de este libro.
Parece divertido y entretenido y me alegro de que lo hayas disfrutado, pero, aunque no sabría decir muy bien por qué, no termina de llamarme la atención. Muchos besos.
ResponderEliminarLos gustos personales, Goizeder. Lo que hablamos muchas veces. A mí me ha encantado, es muy divertido, pero si no te llama la atención poco puedo hacer yo por cambiar eso, jeje.
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Este libro esta entre mis pendientes y por lo q veo parece q merece la pena!!!!
ResponderEliminarEs la primera reseña q leo y creo que me ha dado el empujon que me faltaba!!!!
Saludos
¿Conocías este libro, Zeno? ¡Qué bien! Porque es una pena que no esté editado por una editorial grande, ya que así no tiene oportunidad de llegar a gran número de lectores ¿no? Ya nos contarás si te gusta.
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No lo conocía. Se ve que tiene que ser muy divertido, así que me lo llevo bien apuntado, que son lecturas que siempre vienen bien.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ojalá que podamos darle un empujón a través de las redes los que lo vayamos leyendo. La historia lo merece, Margari.
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Yo me lo he leído y coincido plenamente con esta reseña. Es un libro desternillante que no puedes dejar de leer una vez lo has empezado, de hecho me lo leí en dos días.
ResponderEliminarEs de los pocos libros que me ha arrancado carcajadas, pero lo que más me gusta es la mezcla tan inteligente entre lo soez-costumbrista y un humor negro muy fino (comparto la comparación con Mendoza).
Os lo recomiendo encarecidamente.
Saludos.
Yo me lo leí también en dos ratos, María. Es una pasada de libro; me ha encantado la historia, es muy divertida y con una trama muy elaborada. Yo también lo recomiendo, ¡a ver si nos oyen!
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Yo me lo he leído y coincido plenamente con esta reseña. Es un libro desternillante que no puedes dejar de leer una vez lo has empezado, de hecho me lo leí en dos días.
ResponderEliminarEs de los pocos libros que me ha arrancado carcajadas, pero lo que más me gusta es la mezcla tan inteligente entre lo soez-costumbrista y un humor negro muy fino (comparto la comparación con Mendoza).
Os lo recomiendo encarecidamente.
Saludos.
Huy, pues ni me sonaba...
ResponderEliminarPues muy mal, Espe, ¡muy mal! "Bicheando" por la red se encuentran joyitas, y este libro lo ha sido para mí. O sea, que te lo recomiendo "shiquilla".
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Yo también lo he leído, y tengo que decir que merece la pena su lectura. No es fácil escribir un libro de género cómico y que te haga reir de verdad, lo aseguro, nada de humor fácil, complementado con una trama de aventuras que engancha y que no puedes dejar de leer.
ResponderEliminarComo se dice anteriormente el libro se lee de una manera rápida y ágil que no se hace pesado, y que te deja con una sonrisa en la cara.
Es un autor que sorprende y no sólo por este libro.
¡Un saludo!
Yo sé que volveré a leer algo más de este autor, Eduardo; me ha sorprendido muy gratamente su forma de escribir. Por lo que he visto otro de sus libros es de relatos cortos, que es un género que me gusta mucho también.
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No me sonaba de nada la verdad...pero me lo llevo apuntado!
ResponderEliminarEso si...los flamenquines me gustan...jeje
Un beso!
Pues, como digo en la reseña, no respondo si después de leer el libro dejan de gustarte los flamenquines, jeje. Ya nos contarás qué te parece el libro si te animas a leerlo, Lesincele.
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Hola a todos.
ResponderEliminarComo siempre me he caracterizado por mi poca perspectiva comercial (creo que me he contagiado un poco de la estupidez de mi personaje), creo que tal vez merezca la pena decir que "León González, santo" se puede descargar DE FORMA GRATUITA en formato epub para libros digitales. Si alguien tiene un kindle, puede usar el programa calibre para convertir el formato.
Desde mi blog se puede acceder a cualquiera de los formatos (gratis en digital o a la venta en papel). Entrad y robad lo que queráis.
http://manuelamaroparrado.blogspot.com.es/
Un abrazo a todos.
Gracias por pasar por aquí, Manuel. Espero que ya te hayan robado un poco, que eso significará que pronto veré alguna otra reseña de León.
EliminarUn saludo.
Hace tiempo ya que lo disfruté, es una descripción la que haces que no puede ser más ajustada a la inefable personalidad de León. Hay una frase lapidaria en el libro que me impactó y la llevo a rajatabla, desde entonces me va mejor la vida, porque le quito trascendencia a las imbecilidades diarias de muchos, la frase es "mire Usted yo es que soy tonto".
ResponderEliminarCon solo decir esto uno se siente liberado de muchas cosas, hasta de comer flamenquines, me comí dos cuando terminé el libro y hasta me bajó el colesterol, será porque León hace milagros por correspondencia.
Por supuesto que recomiendo el libro, felicito al Sr. Amaro y le doy las gracias. Espero ansioso que nos dé otra oportunidad de disfrutar con León.
Un abrazo a todos, Jose-Luis.
A mí también me gustaría mucho volver a saber de León, y espero que le esté yendo bien (que tiende a meterse en líos el pobre). Yo me he atrevido recientemente a comer un flamenquín (no sé si milagro de León también o es que al verme en Córdoba me sentí algo obligada). Aún estoy esperando posibles reacciones adversas.
EliminarUn saludo.
a mi los finales abiertos no me gustan mucho así que me lo salto.
ResponderEliminarUn beso,
Ale.
He reeditado mi entrada a raíz de tu comentario, Ale. Me he dado cuenta de que no me explicaba bien. La historia de este libro tiene final y queda resuelta. Lo único que queda abierto es el final del protagonista, dando a entender que pueda meterse en más líos futuros y, por tanto, que estos queden reflejados en otro libro.
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Y por qué no me salen tus actualizaciones??? O_o
ResponderEliminarAins, ¡¡ya me gustaría saber por qué!!
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