Su monótona vida cambia cuando un amigo le lega, poco antes de morir, una cajita en la que halla, entre otros, un recorte con una inscripción cifrada y el dibujo de un águila con las alas abiertas y un trozo de una piedra azul relacionada con el antiguo Egipto.
La historia me parece buena, pero creo que se queda corto y que le falta entrar aún más en ella; por contra, y para mi gusto, le sobran descripciones que no aportan nada a la historia a lo largo de todo el libro. Y aunque me ha gustado en líneas generales disfruté mucho más con "Sólo una cosa no hay".
He de darle otra oportunidad con otra de sus novelas.
N conocía nada de este autor, pero no he poddo ver la editorial.
ResponderEliminarAlfaguara, Anabel.
ResponderEliminarTengo reseñado otro, busca "Sólo Una Cosa No Hay"; a mí me gustó más este que te digo ahora.
Por el título parece una novela sobre tenis.
ResponderEliminarYo sigo con Rebecca, ya voy por la segunda mitad... ¡qué manera de escribir tenía Daphne de Maurier! Qué bien describe el ambiente de Manderlay y sus personajes.
Y ya está Extremoduro otra vez en mi blog.
;-)
jejeje gracias por lo de Extremoduro, Maese!!!
ResponderEliminarSuena interesante :)
ResponderEliminarhttp://littlecarrousel.blogspot.com/
Hollie, es entretenido, sí.
ResponderEliminarTe enlazo un par de blogs, con tu permiso...
Hola Rosalía, te he enlazado a mi nuevo blog de reseñas:
ResponderEliminarhttp://laventanadeloslibros.blogspot.com
Un saludo ;)
Gracias, Anabel!! Enlazo el nuevo blog ...
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